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Pazo Cilleiro se viste de botella borgoña

Pazo Cilleiro se viste de botella borgoña

Un cambio que refuerza la imagen de elegancia de nuestro albariño

Fíjate bien en esta fotografía: está claro que es Pazo Cilleiro, nuestro reconocido albariño, pero al mismo tiempo es otro. ¿Qué ha pasado?

Muy fácil: le hemos cambiado el "vestido" para enfundarlo en una estilizada botella borgoña. Si lo bebieras a ciegas, no notarías ninguna diferencia: el contenido es el mismo líquido intenso, fresco, sedoso. Es el sabroso y persistente Pazo Cilleiro de siempre, el que acompaña tan bien pescados, arroces, mejillones y gambas a la plancha.

Pazo Cilleiro se viste de botella Borgoña

Estrenamos nueva botella, y con ello acentuamos determinados rasgos de estilo, que se entenderán mejor si repasamos los dos tipos de botella más comunes que existen en el mercado.

Pazo Cilleiro se viste de botella borgoña Botella burdeos (izquierda) vs. Botella borgoña

La botella burdeos, la más utilizada en el mundo

Su forma es inconfundible y seguramente, para la mayoría, representa como ninguna otra la imagen del vino. Su característica más relevante está en los hombros, que son muy poco pronunciados y salvan con una inclinación suave la distancia entre el cuello y el cuerpo de la botella, que suele ser recto.

La botella bordelesa es la más común en los vinos de Rioja, de Ribera del Duero y, por supuesto, de Burdeos. De hecho, desde esta región atlántica de Francia debió llegar hasta nuestras viñas riojanas a partir de la década de 1860, al principio de la época que se conoce como la del "Rioja moderno". Quizá por ello se ha identificado estrechamente con los vinos tintos y, entre ellos, con los de perfil estructurado. Vinos que en sus versiones más corpulentas suelen depositar posos. En posición horizontal, la forma de los hombros de este tipo de botella permite concentrar los restos orgánicos y evitar que se extiendan. Se nos ocurre aquí que, dado que las mencionadas regiones se han especializado históricamente en los vinos de crianza prolongada, la forma más recta y más estable de las botellas burdeos permiten un almacenamiento más fácil y óptimo de un mayor número de botellas.

La botella borgoña, quizá el modelo más antiguo

Solo hay que ver cómo eran en el siglo XVII las primeras botellas de cristal para establecer una relación directa con la forma de la botella borgoña o borgoñona. El nombre no deja lugar a dudas: procede de la región francesa de Borgoña. Ahí, los tintos suelen ser más ligeros que en Burdeos, por lo que los vinos embotellados en este formato suelen expresar un perfil fresco, fino y aromático. Evidentemente no hay reglas, y cada productor embotella como quiere.

Con sus hombros prolongados y muy empinados, la botella borgoña es fácil de identificar. Es algo más baja y con un diámetro algo más ancho que la botella burdeos. En los últimos años su uso se ha popularizado mucho, también en vinos blancos.

¿Y para Pazo Cilleiro?

Para Pazo Cilleiro hemos elegido una botella borgoña de color canela, un tono entre verde oscuro y marrón que además de proteger el vino, ofrece una imagen de seriedad. Esta connotación se ve reforzada por una etiqueta sobria, casi una cinta elegante. Creemos que refuerza la imagen de finura y calidad que se asocia a nuestro albariño.

Pazo Cilleiro se viste de botella borgoña